viernes, 23 de septiembre de 2011

¿ Como cuentas eso cuando cuentas algo que no viene a cuento ?



Cuentas, siempre estas contando, en silencio o en voz alta, cuentas cuentos, cuentas cuantas cuentas hiciste en su día, en castellano, catalán o inglés, cuentas complicadas y cuentas sin importancia, como cuantas de ellas fueron cuentas de un collar que se pierden, las cuentas y se cuentan las que encuentras. Contamos lo que tenemos, no lo que hemos dejado de tener, como si ello fuera posible solo porque están y facilita hacer las cuentas y no contamos aquello, que solo es un cuento de aquellos que cuentan mas bien poco o nada en nuestro quehacer diario, porque contamos lo que queremos, como cuando cuento un cuento sin contar que es un cuento. Y sigo contando, uno, dos , tres y cuatro y cinco y seis y no se acaba, nunca se acaba, siempre existe algo más que contar, están ahí para que los cuentes.....ovejas, segundos, gramos, pasos, coches, pájaros, personas, números, canciones, días....y más días, horas...y más horas, muchas, muchísimas, demasiadas...eternas. Cuéntame otra vez y cuando creas llegar casi al final, estarás lejos de empezar a acabar y seguirá rodando el cuadrado, ese que a golpes de cincel dejo de ser un circulo virtuoso desde donde perdiste el protagonismo del cuento y empezó el no dejar de contar y contar. Cuenta despacio, cuenta deprisa, no importa como cuentes lo que cuentas, cuenta que te cuenta sin perder el compás que da igual la inercia del que cuenta, pues contar, lo que se dice contar, cuentas poco para esos que todo el día están contando. Y llega un momento, que esta en el cuento, como un guión que alguien cuenta, que desmoralizado dejas de contar y en ese mismo instante te conviertes en uno más, en uno más que ya no cuenta sino que se lo están contando y como se lo cuentan ya no lo siente, ni lo vive ni lo interpreta...y te lo graban sin escaleta...dejas de contar y de repente ya no cuentas. Cuenta lo que quieres contar y cuenta con los dedos de una mano lo que cuenta, porque todo se reduce a eso, cuenta poco o mucho pero cuéntalo bien, alto y claro porque el posible final de la escena es que tras esa cuenta nadie te cuente un cuento por perderte el trailer o equivocarte de sala. 


Cuento cuantos días han pasado y me lamento de lo que cuenta el cuenta cuentos, aunque siempre es importante que las cuentas se hagan correctamente y que lo cuentes para que se sepa y se cuente....y como hay que contarlo, cuento que parece ser que seguiré contando, ha costado llegar hasta aquí pero a diferencia del colorín colorado, este cuento no ha acabado sino que acaba de empezar porque cuento y cuento mucho y cuento iluminado.........con nueva luminaria.

lunes, 11 de abril de 2011

Correr es de...locos y el running más


El jueves 1, el viernes 5. ¿ Qué significan esos números ?, no pueden ser días de mes, ¿ cosas que he hecho, que me han pasado, que han ocurrido sin más ?, ¿ y si hablamos de tiempo ?, si, del paso del tiempo y la forma de contabilizarlo, por ejemplo desde los segundos en adelante, los minutos,..las horas. Supongamos que esas cifras registran minutos,.. seis minutos ¿ que representa ese tiempo en pongamos, por ejemplo, los últimos veinte años ?, ¿ qué importancia pueden tener esos 360 segundos en un día, en una semana, en un mes, en un año,..en veinte años ?, sería como una gota en la inmensidad del océano o un grano de arena en una playa caribeña, una espina de cactus en el desierto o una brizna de hierba en la campiña inglesa. Hay preguntas que carecen de sentido, y por más que el sentido se ponga al servicio del esfuerzo de comprensión no existe la posibilidad de obtener una repuesta convincente.  A pesar de lo planteado, lo intento de todas maneras, la réplica al interrogante sería que no representa nada, que no tiene ninguna importancia, que es ridículo el mero intento de valorar la magnitud de la comparativa, de tan siquiera considerarlo. A medida que busco sinónimos para resaltar la insignificancia de la consideración previa, la suma de esos dos números, seis, adquiere una nueva dimensión para mi, al alcance de algo que todavía no he alcanzado, básicamente porque a fecha de hoy ni me lo he planteado. Parece evidente pensar que el 5 tendrá en este caso una consideración superior que el 1, por importancia, por rendimiento, por repercusión y porque quintuplica su valor. En cambio y a diferencia de lo que dicta la lógica, para mi el 1 fue el número trascendente, el número mágico, el número de interés variable ( por un rendimiento creciente ). Porque fue el primero, por nuevo, por inesperado, por extraño, porque pasó, por sensaciones olvidadas en el baúl de los recuerdos. Brutal ese número 1, ese minuto intenso y entero, esos sesenta segundos uno a uno.

No recuerdo exactamente como ocurrió, la tarde transcurría con normalidad en los alrededores de la ermita, seis y algo tras cuarenta minutos andando, ochenta centímetros por paso, brazos hacía delante vaivén hacía atrás, adelantando por la izquierda a abuelos de paseo y sorteando baldosas levantadas por la raíz de los árboles. Ultimo tramo ligeramente hacía arriba llegando a la rotonda del minero, giro a la derecha saliendo de esta, descenso suave fin del adoquín, comienzo del pavimento de cemento. En ese sitio concreto fue donde sucedió. Si hubiera seguido la circunferencia de la rotonda y el cambio de sentido, habría entrado de nuevo y por cuarta vez en la avenida arbolada y embaldosada y con la cadencia de movimiento de la izquierda y la derecha, mantenida hasta ese momento, habría llegado al paso de cebra de la estación en el mismo tiempo que el trayecto contrario anterior. Pero, sin saber porque ni porque pasó, cambié sobre la marcha el recorrido que seguía hasta ese instante y salí hacía la derecha, donde el asfalto descendía ligeramente durante unos metros para alcanzar enseguida un llano plano, soso y aburrido. Quizás debido a la fuerza centrípeta que me lanzó fuera de la trayectoria circular o la inercia remanente que me recorría el cuerpo, lo cierto es que al apearme en marcha del camino establecido, un pequeño cosquilleo serpenteaba sigiloso a través del músculo aductor mayor del muslo y bajaba progresivamente a través del soleo hasta el tendón de Aquiles. De repente,  flexiono levemente la articulación de la rodilla y un pie adelanta al otro, el otro al uno y sorprendido me doy cuenta que sino levanto uno justo después del otro, con un ritmo simétrico repitiendo la alternancia y extendiendo las piernas, me caigo sin remisión una vez alcanzada ya la velocidad de crucero. Ostia, !estoy corriendo!, el mover una pierna delante de la otra, doblando las rodillas, notando como rebotan contra el suelo, crujen los talones y se agarrotan músculos que desconocía que tenía es,..!correr!. Hacía demasiado tiempo que no tenía esa sensación, carrera contra el cronometro, crono de la voluntad de empezar algo, crono de la necesidad de acabarlo, crono que se pone en marcha, segundo a segundo y se para, no cuando uno quiere sino cuando uno ya no puede, respiración entrecortada, boca abierta intentando absorber litros de aire y gotas de sudor que empañan los cristales de las gafas de sol graduadas. Genial, que sesenta segundos vividos tan intensamente, ilusiones prohibidas aderezadas de azúcar y bebida isotónica, minuto de gloria con la banda sonora de carros de fuego, agenda mental escribiendo el calendario de competición y secuencia de imágenes pasando raudo a través de una nebulosa de querer y no poder. Cuantos años habían transcurrido desde la época del ocho, de las carreras continuas en campos de barro y olor a linimento en los vestuarios, del brazalete de las cuatro barras y de los entrenamientos bajo una profunda niebla en la Estacada. Momentos posteriores y más cercanos en el tiempo ya no son relevantes, pues ya había dejado de competir para deambular por el campo con esa máxima de "el que tuvo retuvo" pero que no da para más de un par de líneas en la historia jamas contada del minuto más largo y sufrido del ex atleta. Al final y a bote pronto, lectura interesada, gol por la escuadra y buena dosis de enseñanza,..hay una mecánica que no se olvida a pesar de articulaciones anquilosadas y kilos de sabiduría de diván, esa que se adquiere sentado y tumbado durante largos y pronunciados espacios de tiempo independientemente del lugar y la etapa trascendental de la vida marital.



Persiguiendo a mi sombra ya con el calorcillo primaveral y el metódico cambio de armario, ropa de verano dice ella, lo que era uno o cinco cuando empecé a escribir estas líneas de prosa deportiva, fue después ocho y muy recientemente, tal como ayer tarde, quince. ¿ Qué son quince minutos corriendo dentro de una hora andando a 80 centímetros el paso dado ?. ( Cálculo sencillo, cinco metros en seis pasos en repetidas ocasiones y la división me da el tamaño del paso ). Pues a día de hoy, mes de aguas mil, una gesta prometedora teniendo en cuenta el motivo de esta creación atlética y los escasos dos meses transcurridos desde que me calce las botas de montaña y empezó a rodar el engranaje mecánico de bielas y cigüeñales que soporta la estructura del ejercicio físico. Al final, lo verdaderamente importante no es tanto llegar sino salir,..a correr y disfrutar,..o a correr y sufrir lo menos posible.

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jueves, 31 de marzo de 2011

Mirando a través de las ventanas






Miro a través de los cristales y no veo nada. Miro alrededor pero sigo sin ver. Abro la ventana y siento el frescor de la mañana, la dulzura del rocío, la brisa del amanecer. Se eriza mi piel y un escalofrío recorre mi cuerpo de izquierda a derecha, de arriba a abajo, al tiempo que respiro profundamente como pretendiendo absorver todo el aroma a hierba mojada que impregna la salida del sol. Inspiro y descubro nuevos olores, hasta hace poco imperceptibles, los saboreo, sorbo a sorbo,..madera, hierba, flores, polen, restos de incienso de la noche anterior. Apoyado en la barandilla, recuerdo con cierto sarcasmo que las nubes no huelen gracias a un producto y sus alas, surrealismo puro. Empieza a entrar la luz a raudales y me ciega los ojos, vuelvo sobre mis pasos y me acurruco a tu lado, te acaricio el pelo y te doy besos en el cuello. Ronroneas como una gata que pide el desayuno y te giras hacía un lado mientras escondes la cabeza en tu regazo. Protestas en silencio ante tamaña luminosidad y con la palma de la mano extendida tapas tus ojos, que a duras penas logras mantener entre abiertos, mientras llevas el otro brazo hacía arriba y lo estiras perpendicular al movimiento ondular de las sabanas. Me miras y tu cara dibuja una mueca expresiva mezcla de despertares dificiles y tranquilidad interior. Con los ojos cerrados buscas el edredón y lo estiras hacia ti, encogiendo las piernas y arqueando la espalda, en ángulo recto y manos en cruz apoyas sobre ellas la cabeza, encima de la almohada e intentas conciliar de nuevo el sueño. Tumbado a tu lado, te miro y te admiro, te observo y te veo, te respiro y te siento. Dirijo mi mirada hacía arriba, hacía el techo inclinado, observando de reojo el azul intenso, del cielo primaveral a primera hora de la mañana, que veo reflejado en el cristal abierto. Desplazo mi mirada a través de la bruma ocasional, creada por el contraste entre la oscuridad de la habitación y la luz del alba, entre la humedad del rocío y el calor de nuestros cuerpos bajo la manta. Creo adivinar la silueta de tu figura reflejada en el contorno de la pared, como una sombra que ondea al viento y pierde su espesor, que blanquea su dureza y perfila con trazos de acuarela el relieve de tu alma. Ya con los ojos cerrados, vuelvo a mirar a través de la ventana e imagino ver árboles, montañas y el mar,..y sonrío con un guiño mezcla de curiosidad y sorpresa pensando en ti, pensando que si vieras lo que yo ya no querrías irte de aquí. Era cuestión de agarrar fuertemente esa cuerda imaginaria y tirar, tirar con destreza y fuerza angelical y poco a poco, centímetro a centímetro, traerlo hacía ti y dejarlo debajo de tu ventana bañando la puerta de casa y que el vaivén de las olas te ayudara a dormir. Desconozco que estas soñando ahora mismo pero veo como se dibuja una sonrisa en tu cara, seguro que lo estas viendo, tumbada en la arena, lo estas sintiendo, lo estas respirando,...Allí esta, bravo y en calma, mediterraneamente escondido en la bahía de tu infancia, golpeando con suavidad los recuerdos guardados, azul majestuoso, oleo en la paleta del pintor del arco iris engullendo con delicadeza los primeros rayos del sol, suavizando el color agreste, duro y altivo que la noche olvido recoger.




Abrumado por las vistas que, bailando cogidas de la mano, se reflejan vagamente en la pared de enfrente, levanto mi mirada hacía tu semblante sereno, tus ojos cerrados, tu respiración musical,..tu cara de sueño, soñando con sueños, un mar, el mar, tu mar. Y cogiendo tu mano y acariciando tus dedos pienso en silencio que no hace falta que mire hacía fuera si todo lo tengo dentro.




viernes, 25 de marzo de 2011

¿ En que piensan las ovejas ?




Echas un ojo al calendario y te das cuenta que desde tu última aparición ha pasado un tiempo, prácticamente tres semanas, días que ya se han ido, que han desaparecido, que ya no volverán. Recuerdas eso de que el agua fluye y no permanece, no se asienta, no espera a que te decidas, sigue su curso sin mas y cuando crees que lo tienes medianamente claro, siempre será tarde porque su momento ya paso y te quedas pensativo, frunciendo el ceño, arrugando la frente, intentas engañar a tu mente y trazas recovecos imposibles hasta dudar de la existencia de ese momento que nunca ocurrió. Criterio razonable con dosis de conformismo, salpimentado con pensamientos carentes de emoción atrayendo situaciones incomodas y conflictivas y una pregunta te ronda ¿ qué he hecho yo ?. Recuerdo seguir con fervor y entusiasmo textos que me enganchaban, palabras que rimaban, letras que bailaban al son de un tema concreto, de un argumento sostenido, de un comentario relevante, de opiniones contradictorias, defendibles y cabales. Recuerdo que nunca entendía y de hecho me irritaba, que al esperar con puntualidad espartana, actualizaciones esperadas, estas no llegasen, se retrasasen o nunca aparecieran y le dabas a la tecla una y otra vez y lo que tendría que ser ahora, no era ahora ni después, ni dentro de un rato, ni antes de comer, menos por la tarde y tampoco al anochecer. Acababa el día y no tenías, esa opinión concisa, esa descripción costumbrista, ese relato de aventuras o esa historia de la vida. No es justo, pensaba yo, ¿por que te comprometes a un juego de ilusiones si luego no lo cumples y creas decepciones?, si juegas desde tu mundo a batallas sin sentido, no haces prisioneros porque muere todo el mundo. Observas en silencio desde la atalaya de tus sueños como hay plumas que lo saben y disfrutan con el tiempo, el tiempo del tic tac, el tiempo de la arena que, grano a grano, se desliza hacia el cadalso de sus días. Hasta que llega un día que descubres compungido que esa lectura amena, extraña y sin sentido que a veces te sorprendía y de la que aprendías incluso en idiomas distintos, ha desaparecido, ya no tienes acceso, no eres bienvenido, no han editado permisos,..o ¿ alguna vez ha existido ?. Y se cierra de nuevo el círculo y ya van varias veces seguidas que por más rápido que lo giras siempre lo encuentras cerrado, candado echado llave distraida y digo despistada porque dio la vuelta a su eje, se desprendió de su atadura, se oyó el clink clink de un golpe contra el suelo y se perdió para siempre,..¿ como abro yo ahora el circulo de nuevo ?, no será mejor crear una nueva figura y tener copia de la llave, escondida en mi bolsillo, escribir lo que yo quiera, siguiendo a mi manera, como y cuando yo vea y gritar a los cuatro vientos que la próxima vez estaré atento para no perder el vagón, de ese, mi momento.

Escuchaba anteayer atentamente, posición reposo semi sentado a las once de la noche -- paréntesis en la exposición, explicación rápida y contundente, debido a un esguince intercostal detalles proximamente en la entrada tal que ¿ es bueno el deporte ? -- a un señor que decía, he olvidado su nombre así como el ente en el que salía, que una respuesta tal que ya veremos, quizás o puede ser, automaticamente implicaba la certeza de que esa acción concreta, la que fuera, no se iba a desarrollar en un futuro cercano, se mentía a nuestra mente con una instrucción concreta y eso quedaba en el subconsciente que posteriormente nos lo recordaría de una forma elocuente " eso no se va a hacer bajo ningún concepto ".

Puede que siga escribiendo palabras sin fundamento, ya veremos si junto letras para satisfacer mi ego, quizás un día de estos acabe las frases para que signifiquen algo,..tres semanas no son nada cuando tan rápido han pasado, no le des más vueltas, ya has girado demasiado, sabes que te falta una cosa para que el tiempo vuele a tu lado, busca lo que no encuentras, no hay escondites tan preparados,..seguro que ESO lo tienes ahí al lado.






......y esta y otras cosas iba yo pensando, ocurrencias diversas, desvaríos varios,

....mientras mi cabeza echaba humo, presentía alegrías venideras al dejar atras un cielo de negra y amenazante tormenta.

viernes, 4 de marzo de 2011

y a la tercera fue..el barranco


Hay historias que ocurren, suceden y pasan y acto seguido se cuentan y comentan. Hay historias que son cuentos y cuentos que acaban convirtiéndose en fantásticas historias. Hay historias que, de forma poco consciente, buscas en primera persona. Perfilas un boceto en tu cabeza y sales al encuentro de algo que desconoces y a duras penas imaginas. La historia toma cuerpo, a fuego lento empieza a escribirse otro día de tu vida, carboncillo sobre un lienzo blanco y rugoso, pinceladas sobre oleo de neopreno. Aproximación con lluvia y granizo, escarpines llenos de barro y llegamos al primer salto, el salto, evitable,..pero el salto. Sin necesidad de entrar en la Caja,..toc toc, ¿ Quien es ?, descubres tus miedos. Se nos llena la boca de yo soy, yo haría,..pero en lo más recóndito de tu mente hay alguien que ya en su día dejo escrito en el pergamino de los deseos prohibidos una historia ( hoy todo va de historias..), desafortunada en un trampolin olímpico. Y mira por donde que treinta y tantos años después aparece con toda la crudeza no el recuerdo sino la sensación. Miedo de un niño de siete u ocho años, miedo a ese vacío que no ve, a esos pasos que se mueven, a esas miradas que acusan, a ese frío que hiela las venas. Imagen en blanco y negro que veo reflejada en el agua limpia del torrente mientras sigue lloviendo y los demás si que saltan. A partir de ese momento y reconociendo haber idealizado el boceto diseñado, no hay tiempo para el lamento, el descenso continua piedra seca, piedra mojada, piedra escondida dentro del agua que no ves y pisas o no esta y a metro y medio dentro del hoyo la buscas. Descenso pensando en silencio, destrepe con cuidado, pie aquí, mano allá, precavido, sin miedo. Vértigo a la contemplación de un nuevo salto esperando, al doblar la invisibilidad del desfiladero, sereno y paciente, guiñando un ojo al destino y sonriendo a tu suerte. Estreno con cuerdas sobre un tronco vertical, por la corriente de agua arrastrado, su presencia rompe el encuadre deseado, resbala la suela entre la pared y la olla,..nudos que no entiendes, mano que se abre y bailando en el aire, girando de costado, caes al agua porque no te has tirado. Paso complicado, pies y manos actuando, encontrando rendijas y salientes donde siempre han estado, toboganes esculpidos a base de agua y años. Continua contradicción, disfrutando arriba y abajo,..esperando evitar nuevos saltos y ese recuerdo de antaño de un niño de pocos años que creía olvidado. Llega un salto pequeñito, metro y medio más o menos y no sin conflictos internos, acabas pegando un brinco y saltas hacia adelante pensando cero en la caída pues un segundo en el aire no da tiempo en demasía. Existe foto del momento y es algo que no me invento, enfoque automático creo con chapuzón intenso. Entras en el agua a la misma velocidad que sales, confundido y aturdido, casco que balancea y esa gota, solo una, que resbala por tu espalda y recorre ensimismada el canal de la aventura hasta que llega más abajo y trae un frío del carajo. Inciso rápido y elocuente, de la situación antes vivida, es que horas más tarde y ante una ducha calentita, se fue por el desagüe una hoja, de árbol de torrente, que escondida se mantenía vete tu a saber donde. Siguió la travesía y descolgándome por una roca, me mantuve con los brazos, haciendo una fuerza que desconocía que tenía, pues acto seguido note y oí un chasquido, no se si de las costillas o del músculo que allí había y ostia que dolor, estreno de campeón y todavía faltaba hora y media de subida. Llegando al final del barranco, el agua no se detenía pero ya se había acabado, a la derecha una pequeña puerta que abría la subida a todo lo bajado y creeme, es divertido subir con el neopreno mojado y las zapatillas soltando agua a cada paso dado. Minutos antes de este final, el último salto, al que no quería llegar y estaba allí esperando. Más alto que el anterior, el que había saltado y de nuevo las dudas, el miedo y el pánico me tenían atenazado. Será cuestión de mente, tiempo y redobles de.. campana, pensaba ahí en lo alto mientras el resto me jaleaba, al mismo tiempo que buscaba, ojo! todo el trayecto sin gafas, rendijas milagrosas para mitigar la altura y reducir la trompada. Estas manos y estos pies, serpenteando por la roca, me dejaron sin traspiés a centímetros del agua y solo tuve que dejarme caer y deslizarme suavemente, bañandome por última vez en el torrente del mismo nombre que el valle en el que se esconde.



lunes, 28 de febrero de 2011

Escucha como te llaman,..




Las observas y te atrapan, las escuchas continuamente y sabes que están ahí, se insinúan llueva o brille el sol y ves sus siluetas al trasluz de tu mirada. Cierras los ojos y sus canciones llegan a tus oídos como llamadas de sirena en mares lejanos y las ves orgullosas, altaneras y afiladas sin saber exactamente porque te atraen. Lo inaudito e inverosímil es que apenas las conoces y ya te atraen y al volante en carretera las miras de reojo y las reconoces en el horizonte por su nombre y dificultad, deseando en silencio alcanzarlas,..poseerlas. Una semana, dos sábados y como si fuera un efecto Fata Morgana, las veo ahí continuamente, con los ojos abiertos o cerrados, despierto o durmiendo, con la mente en blanco o soñando con castillos de cuentos de hada,..¿ ilusión óptica, espejismo o exceso de literatura sobre la materia ?,..subconsciente cambiante como guardián de algo que ya ha sido o fue y es imposible recordarlo.
 Y se convierte en voluntad, fuerza y voluntad, fuerza de voluntad como esa obsesión de dejar de hacer algo mientras te obsesionas en hacer otra cosa distinta, esa ansiedad que te corroe por dentro cuando no haces lo que no debes y te permite, aunque sea por unos segundos, creer que tienes el control sobre eso o aquello que ya no harás. Empiezas a pensar que igual estas en el camino adecuado porque aquel hito así te lo indica ( Llull escribiría fita ), aunque solo sea un montón de piedras, mojadas, guardando el equilibrio para no caer desmoronadas.






Te llaman y tu vas. A una de ellas la has escuchado ya dos veces en muy poco tiempo, días parecidos, compañias agradables,..imágenes similares, sufrimientos distintos,..aire puro, aromas nuevos. La recordarás con cariño,..fue la primera, tu, cuentacuentos e inexperto,..pero fue la primera.


Mantèn los oídos abiertos, aprende a descifrar sus susurros y escucharás a muchas más que te llaman, mientras observas como se apagan lamentos de humos, que huerfanos huyen, dejando rescoldos visibles entre la ceniza.




viernes, 25 de febrero de 2011

¿ hay que poner título a cada entrada ?

Hay veces, por no decir la mayoria de las veces, que una vez leído el título de algo ya se tiene una ligera idea de lo que te vas a encontrar a medida que te adentras en ese mar, en calma chicha o con marejada, de letras bailando al compás de la pluma del que escribe. Y creo que eso es justamente lo que hace que sigas leyendo o por el contrario, abandones ese comentario, post, artículo,..o lo que sea y te decantes por otro, con la seguridad de que ya has recabado la suficiente información al respecto o porque clara y llanamente no te interesa absolutamente nada. En este caso concreto no se trata de evitar que huyas despavorido y pierdas un minuto leyendo esta entrada, sino que no tengo muy claro que contar hoy. Revolotean por mi cabeza cantidad de ideas que debo poner en orden pero sin ninguna pretensión desbordada ni egos que saciar, solo que, quiero que de forma casual sin forzar nada más de lo necesario, fluyan las experiencias del día a día y con ellas las palabras para poder contarlo. Es época de cambios, de situaciones nuevas, de gritar a pleno pulmón y no oir nada y escuchar menos.

Mañana volverá a ser sabado y volveré a hacer lo mismo que el sabado anterior, algo que hice por primera vez  y subiré al mismo sitio, imagino que en el mismo tiempo, con previsiones metereológicas parecidas, con la misma gente o quizas no y,..aún así todo, completamente todo, será nuevo y diferente. Maravilloso. Estoy inmerso en ese proceso mental de autoconvencimiento continuo para creerme lo escrito con anterioridad y disfrutar del momento. Sinceramente, sin ningún atisbo de ironia, acabas haciendo las cosas porque te apetecen,..o por obligación. Me he propuesto, a mi manera, aprender a valorar cada cosa que haga, cada segundo que lo intente y cada momento que sea mio. Y en eso estoy, por eso estoy convencido que mañana volverá a ser jodidamente genial,..y por la noche tenemos el cumpleaños de Carlitos y su crisis de los 40,pero eso es otra historia.

Igual mañana o pasado mañana es un buen día para empezar a publicar fotografías.

Buenas noches